martes, 22 de septiembre de 2020

MARQUESES DE ARANDA Y PLAZA DEL TEUCRO




Saliendo de la Plaza de Mugartegui  a la calle de Don Gonzalo, pasamos por debajo del Arco que da nombre a la casa de la que ya hablamos en una anterior entrada y nos dirigimos a calle Marqués de Aranda. Nos encontramos con una de las más emblemáticas plazas de Pontevedra , en ella se encuentra el pazo de los marqueses de Aranda, una edificación singular que se suma a otras que nos dan una idea de la importancia comercial de la ciudad en otros tiempos.


Pazo de los marqueses de Aranda
 
En la antigua Rúa do Rego ahora Rúa Real, frente a la Praza do Teucro, existe un pazo que perteneció a los Mosquera, Pimentel, Villar y Sotomayor, y es popularmente conocido como el pazo de los marqueses de Aranda, títulos a los que se le unen el poderoso Señorío de Rubiáns y el marquesado de Guimarey.

Frente a este pazo nos sorprende una  plaza que con con el devenir de los tiempos fue conocida como Plaza Mayor, Plaza de la Villa, Plaza Pública, Plaza de la Ciudad, Plaza Principal, Plaza del cantón de Aranda por la importancia de sus moradores o Plaza del Pan por su actividad comercial, hasta que en 1843 se denominó Plaza del Teucro.

Situada en la zona monumental de Pontevedra, esta plaza recibe su nombre de un arquero griego que, después de la guerra de Troya, viajó a occidente. La leyenda cuenta que fundó la ciudad de Pontevedra, que posteriormente recibió un gran impulso de la nobleza, motivados por este mito, para dotarla de un mayor prestigio. La plaza del Teucro está rodeada de construcciones de los siglos XVII y XVIII, como el pazo del Marqués de Aranda, el pazo de San Román o de los Gago Montenegro, cada uno con su escudo heráldico tallado en piedra en su fachada. Esta plaza está rodeada de muchas callejuelas donde abunda la piedra en suelos y edificios, y es un gran atractivo turístico de la ciudad, tanto para salir de tapas, tomarse un vino o escuchar un poco de música hasta la madrugada
Como decía, el pazo de los marqueses de Aranda está en una de las plazas más bonitas de nuestra ciudad en la que se juntan varias edificaciones de familias que fueron de gran relevancia en el pasado de Pontevedra. Conforman las fachadas de la plaza: la casa de los Gago, Montenegro, Tavares, en dónde hoy se ubica la imprenta Peón; la imponente casa de los condes de San Román, de la que sólo se conserva un patio interior (100 Montaditos) y parte de la fachada posterior, que hoy ocupa  la Cámara que fue parte del Colegio de pequeños de la Inmaculada; y por último la de los marqueses de Aranda, que alojó el Colegio Estudio. En esta plaza se han conservado en perfecto estado los escudos de dichas edificaciones y cabe destacar en concreto el del pazo del que hablamos por la presencia en el escudo de dos figuras humanas flanqueando el escudo de armas coronado con con los distintivos de los Mosquera, Villar, Pimentel y Sotomayor.
Una construcción que hoy podemos ver entre la citada plaza y la calle que lleva su nombre, la del Marqués de Aranda. El pazo ocupa una manzana con fachadas a dos calles (Real y Marqués de Aranda) y la tercera, en la cara norte, a una plaza, antiguamente conocida como Rúa do Pan, en la que destaca la Fuente de los Tornos que conocemos hoy desde que sustituyeron una más antigua en el s. XVI.

Plaza de los Tornos

Bajo la torre almenada del pazo hace años que se ubica un clásico del comercio en Pontevedra, que todavía pervive, como es Casa Bravo, uno de los pocos comercios tradicionales que quedan en Pontevedra de venta de maletas y complementos de cuero, de bolsos, monederos  y sombreros.
Al marquesado de Aranda se habían sumado otros, de mayor peso mediante matrimonios, como el Señorío de Rubiáns y el marquesado de Guimarey. Familias que, como era costumbre, se enlazaban una y otra vez para preservar, aumentar su poder y presencia en la vida social con todas sus prebendas y privilegios.


viernes, 18 de noviembre de 2016

LA CASA DEL ARCO





En la plaza de Méndez Núñez, antaño Campo de Herva, con su arco volado sobre una de las calles de más antigua denominación, la rúa de Don Gonzalo, (ya aparece citada en el año 1343 dedicada a Gonzalo Eáns notario del siglo XIV )  sigue en pie aunque muy remodelada una vieja casona cuya estampa contemporánea está unida a un viejo magnolio.


      

    Allá por los siglos XV y XVI fue residencia de una importante familia pontevedresa, los Cruu, uno de los linajes más antiguos y famosos de la villa. Familia de mercaderes que llegaron a ser nobles allá por el siglo XV. Pero Cruu fue alcalde en el año 1407 y construyó esta casa que fue ampliando en años posteriores dotándola de una torre fortaleza, hoy desaparecida, y de un arco volado sobre la huerta inmediata.

Perteneció después a otras ilustres familias, como los Novoa, Sarmiento, Lanzós, Saavedra, Montenegro y otros. En ella murió el 21 de agosto de 1869, el ilustre marino don Casto Méndez Núñez. Después la casa fue adquirida por  Pedro Martínez y Soledad Muruais  y los hermanos Andrés y Jesús Muruais la convirtieron en un importantísimo foco cultural, pues a finales del siglo XIX, este caserón fue centro de importantes y concurridas tertulias de pensadores y escritores.

La biblioteca de la Casa del Arco estaba situada en la planta baja, en una habitación acolchada para más tranquilidad y silencio. En el piso superior exactamente encima del arco que conectaba con el jardín, había una galería  con carteles de París colgando en sus paredes, donde solía reunirse una tertulia que se acompañaba en algunas ocasiones de música de un piano que allí se encontraba. Entre los tertulianos se encontraban Torcuato Ulloa, Labarta Pose, Augusto González Besada, Álvarez Limeses, Casto Sampedro, el pintor Alfredo Souto, el científico Ernesto Caballero, Julio Cuevillas y otros muchos.

En Pontevedra se ubicaron varias y muy ricas bibliotecas particulares a finales del siglo XIX y principios del XX, entre ellas la más importantes fue la de Jesús Muruais, que reunió más de tres mil volúmenes y una cantidad inmensa de periódicos y revistas.
En la Casa del Arco lo importante era la literatura y la vida en París. Su biblioteca llegó a ocupar cinco o seis habitaciones de la planta baja.

Preside la fachada, junto al arco de la edificación que atraviesa la calle Don Gonzalo, un escudo en el que están representados más linajes que en ninguna otra piedra armera de las existentes en Pontevedra: Montenegro, Sotomayor, Mariño, Cruu, Aldao, Moscoso, Figueroa, Sarmiento, Lobeira, Zúñiga, Valladares y Reino.
Muestra las armas de don Lorenzo de Montenegro que era señor de Santa María de Mourente y de San Salvador de Cristiñade (Pontevedra) y de Santa Cruz, en el municipio de Covelo (Pontevedra); era hijo de don Pedro de Montenegro y Sotomayor y de doña Clara Mariño de Lobeira, su primera mujer. Este escudo también es conocido como de los Cruu.

Muy próximo al anterior, entre dos balcones, en lo alto, aparece un escudo pequeño que es difícil de localizar. Es cuartelado en cruz con bordura general. En él se representan los linajes de los Lobeira, Bermúdez, Mariño, Aldao y Figueroa, y parece que podría corresponder a Don Rodrigo Mariño de Lobeira.

Hoy en día, creo que esta  casa sigue siendo propiedad de la familia Muruais.



domingo, 13 de noviembre de 2016

PLAZA DE MÉNDEZ NÚÑEZ







Esta plaza está delimitada por las calles Palma, Don Gonzalo y Sarmiento. En el año 1401 se llamaba Rúa do Campo da Herba, en 1411 ya era Plaza do Campo da Herba. Más tarde fue Campo Verde, siempre nombres que hacían alusión al mercado de productos del campo y de cestos que se realizaba en este lugar.



Recibe la actual denominación del ilustre contra- almirante Casto Méndez Núñez (1824-1869 ), que alcanzó una impresionante popularidad en toda España por su actuación en los bombardeos de Valparaiso y Callao, hasta el punto de que no existe ninguna población española de cierta entidad que no tenga una calle, plaza o monumento en su honra.


Podemos ver una placa que se colocó en el año 1929 por decisión del Concello en recuerdo de su persona en la que fue su casa, la gran Casa do Arco o de Matalobos, en la calle Don Gonzalo y en la plaza que lleva su nombre. La placa recuerda sus heroicidades y su presencia en la ciudad, de la que presumía siempre. Su vínculo con Pontevedra estuvo siempre presente en todas sus andanzas ya que gran parte de su tripulación procedía de la Moureira. 

Sus victorias hicieron repicar las campanas en Pontevedra y hasta le dedicaron tres días de luces y festejos hasta que su propia madre decidió colocar una pancarta que ponía "Gracias Pontevedra" y dio por concluidas las alabanzas. El marino decidió volver a Galicia, pero murió al poco de llegar en la casa principal de esta plaza, lo que justifica su denominación, desde el 31 de agosto de 1875.


También fue conocida popularmente como plaza de las Gallinas por el mercado de aves que en ella se realizaba.

Hoy en día se puede contemplar una estatua de Valle Inclán  en uno de sus laterales, en recuerdo de las tertulias a las que asistía en la casa del Arco cuando pertenecía a los Muruais.

En esta plaza podemos contemplar dos escudos: en el número  5,  uno de forma ovalada que representa los linajes de los Mosquera, Pimentel, Villar y Sarmiento. Puede que esta, no sea su situación original. Pertenecía a D. Eduardo Mosquera y Arias Conde de la " Casa de los Mosquera" que fue muy importante en Pontevedra por ocupar numerosos cargos en la Administración de la Villa, entre ellos el de Alcalde y Justicia Ordinaria.

El otro escudo se encuentra en el número 7, esquina con Sarmiento. Está labrado en la piedra del arco de entrada a la casa. Representa los linajes de Vera, Moscoso y Mendoza y corresponde a Doña Leonor de Vera y Mendoza, nacida en Pontevedra el 27 de octubre de 1648, que se casó con D. Luís Mosquera de Villar y Pimentel Sotomayor.

La Casa del Arco es la más significativa e importante de esta plaza y en otra entrada os hablaré de ella.



POR LA CALLE CÉSAR BOENTE



Volvemos a la calle César Boente, de la cual ya os hablé algo en la entrada de "Vamos al mercado", para dirigirnos a la Plaza de Méndez Núñez,
 Creo que podemos incidir algo más en esta calle que actualmente es una de las más concurridas durante las mañanas por ser el acceso principal al mercado, pero que por distintas circunstancias, también en estos momentos, presenta muchos inmuebles en estado ruinoso entre los que destacan en el número 4 el Pazo Mariño de Lobeira, del siglo XVI, el cual se encuentra vallado desde Enero de 2.011 con motivo de algunos desprendimientos y que según historiadores aseguran que falleció Tristán de Montenegro.
Un antiguo caballero, señor de la Isla de Sálvora, se enamoró perdidamente de una sirena que rondaba la isla. De su sorprendente unión vendrían los que habían de apellidarse MARIÑO y usarían por armas las ondas de mar y una sirena que lucirán en sus escudos.

En algunos de los escudos en los que aparece la sirena en recuero del origen legendario del linaje de Mariño en presencia de los escaques de Bermúdez y roeles de los Castro.
La Casa de Mariño de Lobeira, que ejerció durante siglos el Patronato de la capilla mayor de San Francisco y el de la iglesia de Santa Clara de nuestra ciudad, se encontraba situada en la que es hoy la Calle César Boente, nº 4, con arco de ingreso a la Plaza de la Pedreira,  aunque antiguamente se le denominaba Casa de la Sierra, siglo XVI por ser los Mariño de Lobeira señores de la Sierra de Outes, en la Coruña, ligadas también a los Pazos de O Rial en Vilagarcía, Barrantes (Pontevedra), Cotón en Negreira (La Coruña) y Casa da Granxa en Darbo ( O Morrazo).
En esta casa, según algunos historiadores, expiró en 1479, el legendario noble y caballero Tristán de Montenegro como consecuencia de las heridas sufridas por una espingarda en la Puerta de Galera, cuando defendía la villa de uno de los asaltos realizados por tropas de Pedro Madruga. Sus restos mortales fueron depositados en el Templo de Santo Domingo, en una sepultura cubierta por una estatua yacente de caballero armado.



Contiguo a este edificio,se encuentra en las mismas circunstancias otro, llamado popularmente "La antigua Tienda de Barcia" exactamente en el  número  6 de dicha calle " Larga fachada con huecos de arco. Siglo XVII. Piedra armera y las armas de los Mendoza, Sotomayor, Figueroa, Pardo de Cela y Caamaño. Destaca espacio interior muy degradado con solaina y patín. Los bajos fueron reformados en los años 40 y 80.



Y aquí termino de describiros someramente los edificios más importantes de esta calle que remata en la plaza de Méndez Núñez donde una estatua de Valle Inclán nos recibe.




sábado, 14 de mayo de 2016

VAMOS AL MERCADO




Salimos de la Plaza da Pedreira por el arco del Pazo de los Mariño de Lobeira y llegamos al último tramo de la calle de César Boente, doblamos a la derecha para dirigirnos al Mercado de Pontevedra.




Antes de nada, quiero deciros que  esta calle fue renombrada  en el año 1922 como César Boente, pues antes era conocida popularmente como la Barrilería, debido a la profusión en la misma de negocios de reparación de barriles y todo tipo de recipientes de madera. Es una calle muy concurrida principalmente por las mañanas ya que sirve de acceso principal al mercado de abastos.

Bueno, seguimos nuestro recorrido y ya podemos ver al fondo la fachada del Mercado, pero antes, ya en la calle Sierra, que tenemos que cruzar, nos encontramos un conjunto escultórico en bronce formado por cuatro gallinas y un gallo picoteando por el suelo el maíz que les ofrece una mujer, que pretende vender las aves al mejor postor, imagen muy habitual hasta hace un siglo en el casco viejo de la ciudad.
Las esculturas quieren rendir homenaje a la mujer gallega que fue trabajadora siempre, como lo son también las vendedoras del mercado, y son obra de la escultora Cuqui Piñeiro, que heredó en su día una fundición de su padre, Xoán Piñeiro, en Goián (Tomiño).



Como decía anteriormente estamos en la calle Sierra. A través del actual trazado de esta calle discurrió durante muchos años la muralla medieval en su tramo paralelo al cauce del río, de la cual todavía se conservan algunos restos de su cimentación descubiertos en excavaciones recientes y expuestos al público de forma discutible.

Tras la desaparición de la muralla se produjo la apertura de la nueva calle, consolidada definitivamente con la construcción de la nueva plaza de abastos para la celebración del mercado municipal. Este edificio fue inaugurado el día 20 de enero de 1948, venía a reemplazar al antiguo mercado situado junto al puente de O Burgo, en la plaza de Valentín García Escudero, y que tras casi sesenta años de vida  se encontraba en un estado muy precario.





Actualmente este mercado sigue en funcionamiento después de sufrir una profunda reforma, terminada en el año 2003 y firmada por el famoso arquitecto CÉSAR PORTELA en la que se desmontó totalmente la estructura, se construyó un aparcamiento subterráneo de dos plantas, y se reconstruyó el edificio pieza por pieza, respetando la arquitectura original en cuanto a fachadas y escalinatas interiores de cantería, pero adecuando el espacio a las necesidades actuales.



El Mercado de Pontevedra, se sitúa en la margen izquierda del río Lérez, es un importante dinamizador de la zona donde tiene lugar una gran concentración de la actividad comercial. Destaca este mercado por su oferta de productos de alimentación de extraordinaria calidad.
En la planta baja se sitúan los puestos de pescado, de flores y de carne. en el primer piso están instalados los puestos de verduras, hortalizas, frutas y quesos, así como también dos bares a los que puedes llevar el pescado o el marisco que compras en los puestos y ellos te lo preparan para que puedas comerlos y disfrutar de ellos con un buen vino Albariño de la zona.                                          


La calidad de los productos es uno de los sellos de identidad de la plaza de Pontevedra, otro es la
fidelización de los clientes y el trato cercano e individualizado, más semejante al del comercio de     
proximidad que al de un mercado tradicional. Es además conocido por el pescado tan fresco y variado que tiene.  
Por otro lado, creo que el piso de arriba está bastante desaprovechado y echo en falta puestos de alimentos alternativos o que marquen una diferencia por su originalidad o su exclusividad.
Otro problema que creo que tiene el mercado de Pontevedra son   los horarios, pues solo abre por la mañana, lo que constituye un hándicap para mucha gente que no dispone de demasiado tiempo para hacer la compra durante las mañanas.                                                                                     
  

En este vídeo podéis conocer un poco el ambiente de nuestro mercado.                   


   













martes, 10 de mayo de 2016

CAMINO DE LA PEDREIRA



Después de algún tiempo sin escribir nada, hoy retomo mi paseo por Pontevedra dirigiéndome desde Santa Clara hacia la Plaza da Pedreira.

Me dirijo de nuevo a la calle Sarmiento y pasando la Iglesia de San Bartolomé, tomo a la derecha la antigua Rúa da Pedreira, hoy conocida como Gregorio Fernández y mismo en la esquina izquierda del inicio de esta calle nos encontramos una hermosa edificación  que es hoy propiedad del doctor López Abadín ( en su día fue de los Bermudez de Castro y también de la Misericordia ), el cual junto con su esposa Mercedes llevaron a cabo la restauración y conservación de este trocito de la historia de nuestra  ciudad.
Es la casa de sus antepasados y conserva como oro en paño los planos originales realizados en papel de arroz, firmados por el arquitecto Ricardo de Arístegui y datados en el año 1870. La mandó construir el bisabuelo del doctor, don Manuel Durán. Cuando éste falleció pasó a manos de doña Consuelo ,tía del doctor y casada con el también médico Claudio Losada, y con los que López Abadín convivió de niño.. Por toda esta historia familiar, cuando llegó a sus manos decidió restaurarla.

Patrimonio no tuvo que preocuparse de nada, porque la rehabilitación que hicieron  sus propietarios fue tan fiel y purista que ni las estrictas normas de protección podrían superarla, tanto la arquitectura exterior como interior.

Yo recuerdo que cuando era niña nos acercábamos a la puerta de esta casa para ver una figura de un negro que a tamaño real estaba en el vestíbulo. Daba la impresión que era el que recibía a las visitas que allí llegaban.

Si queréis saber más sobre esta casa pulsa AQUÍ. y leeréis una información de La Voz de Galicia sobre ella.

Continuamos bajando por la calle de Gregorio Fernández y llegamos a la Plaza da Pedreira.

De la existencia de esta plaza ya se tiene constancia a lo largo del siglo XV, conocida en aquellos tiempos como Eira da Herba y explanada sobre terrenos de cultivo, principalmente viñedos. Posteriormente los canteros de la ciudad  desarrollaron aquí sus actividades de talla de piedra, y se acumuló toda la piedra destinada a construir las grandes edificaciones de la época, la iglesia de San Bartolomé y el colegio de la Compañía de Jesús, por lo que adoptó el nombre de A Pedreira que conserva en la actualidad.

Está situada en pleno casco antiguo y se encuentra rodeada de pazos urbanos entre los que destaca el Pazo de Mugartegui, un precioso ejemplo de la arquitectura urbana del barroco. En una página de este blog podéis encontrar más información de este pazo.



También destaca en esta plaza el Pazo de los Mariño de Lobeira (al fondo a la izquierda), que tiene su fachada principal orientada a la calle César Boente y que cuenta con un arco que permite el acceso a la Pedreira desde ella. Por desgracia, este pazo, actualmente se encuentra en estado de abandono e incluso amenaza derrumbe. En próximas entradas os hablaré de él.





Para terminar hoy la visita os dejo este vídeo sobre la plaza y el Pazo de Mugartegui.








lunes, 1 de junio de 2015

SANTA CLARA



Saliendo de la calle Sarmiento cruzamos la calle Cobián Roffignac para, dirigirnos al Convento de Santa Clara por la calle del mismo nombre.

HISTORIA

En el último tercio del siglo XIII se instalaron en Pontevedra las órdenes mendicantes. La triple presencia de dominicos, franciscanos y clarisas, excepcional en las villas gallegas, y lo soberbio de sus edificaciones conventuales, son un claro exponente de la pujanza de la Villa en aquel momento.

El Convento de Santa Clara lo levantaron las monjas clarisas, modalidad contemplativa.

Ubicado extramuros, junto al denominado Camino de Castilla, se emplazaba a la puerta de Rocheforte.

La existencia del monasterio  es anterior al año 1271, como consta en  una escritura de donación de Mayor Pérez, esposa de Fernando Núñez Daldán, o de Aldán.
La primera abadesa que se conoce fue Doña Leonor Rodríguez, fallecida con gran fama de santa en el año 1341.
El documento más antiguo conocido data del año 1293, fecha en la que  Juan Pérez, Dominga Martín y María Eans, hacen donación de varias heredades a favor de Teresa Pérez, probablemente monjas del monasterio.
Contó el convento con el favor de los soberanos de Castilla y León.

IGLESIA

La iglesia, de una nave, es de estilo ojival de finales del siglo XIV, en el que destacan el ábside poligonal con ventanas rasgadas en sus paños, más alto que la nave con bóveda de nervios radiales.

Tiene un importante conjunto de retablos barrocos .En 1730 se hizo el retablo mayor, de estilo churrigueresco.
La capilla mayor está decorada con seis motivos heráldicos, dos de ellos modernos y los otros cuatro de época medieval. Próximo al coro se encuentra el altar dedicado a la Virgen de los Desamparados, con un precioso lienzo de dicha imagen, hecho en el siglo XVII por un pintor italiano..


En el interior del convento nos podemos encontrar un hermoso claustro con jardín en forma de cruz, un cruceiro y una fuente muy parecida a la de la Herrería.
Los muros son más altos en el interior que en el exterior.

FACHADA

Presenta dos puertas de la misma estructura aunque su disposición varió con el paso del tiempo.
Los arcos son de medio punto y están protegidos por un saledizo.
Los capiteles aparecen adornados con figuras historiadas.
Unida a la casa hay una construcción que era la casa residencia del Sr. Arzobispo.

El convento de Santa Clara es de clausura, pero la iglesia se puede visitar durante todo el año en horario de culto. En este momento, solo hay en el convento dos monjitas ya de avanzada edad y se barajan distintas posibilidades sobre su futuro.

Pincha en estos enlaces y sabrás algo sobre su presente y su futuro
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En Pontevedra existe una tradición que todos conocemos y que algunos en algún momento utilizamos: consiste en llevar huevos a Santa Clara para asegurarse un buen día climatológicamente hablando.
Las bodas, antiguamente se celebraban al aire libre, por lo que era muy importante contar con buen tiempo, además la presencia de la lluvia no hacía presagiar nada bueno y para conseguirlo las novias llevaban a un convento de monjas clarisas una docena de huevos.
Actualmente , esta tradición en Pontevedra aún está muy viva.